Desde la creación de las primeras Escuelas Especiales de Ingenieros en el siglo XIX, el título de ingeniero e ingeniera se configura como la máxima formación académica para el ejercicio profesional en el campo de las tecnologías y las ciencias, que caracteriza a la ingeniería.
Desde entonces, el ingeniero ha posibilitado el desarrollo y la mejora continua de la calidad de vida de la sociedad y su formación ha evolucionado con las nuevas demandas y tecnologías.
España, a través de un proceso de formación de los mejores talentos, de exigencia, esfuerzo y de buenas prácticas profesionales, ha generado grandes ingenieros reconocidos a nivel mundial y en nuestros días, las empresas españolas de ingeniería han conseguido un alto grado de competitividad y valoración internacional reconocidos como principales actores de la Marca España.La sociedad, por su seguridad, salud y conservación del medio ambiente, entre otros principios de interés general, exige a los ingenieros, que estén debidamente formados para ejercer su profesión.
Pero, ¿quiénes son legalmente “ingenieros” en España? La actual legislación universitaria establece que, mientras un título de Grado tan solo puede habilitar para ejercer la profesión de Ingeniero Técnico -además, sólo en su especialidad-, el ejercicio de la profesión regulada de Ingeniero precisa un título de Máster habilitante.
Por tanto “Ingeniero” sólo es el poseedor de un título de Máster, pero no quien tiene un título de Grado que, conforme a nuestra legislación, no es Ingeniero.
En la formación de un ingeniero/ra, por ley, se requiere la adquisición de competencias para garantizar el máximo nivel de excelencia profesional, conjugando los conocimientos técnicos y científicos con competencias transversales (soft skills) tales como trabajo en equipo, actitud innovadora, capacidad de decisión, emprendimiento, comunicación, etc., imprescindibles para abordar el diseño y la gestión de los proyectos multidisciplinares innatos en la profesión de ingeniero.
Facilitar en las Escuelas de Ingenieros, dentro del Plan Bolonia, un itinerario integrado que permita al alumno de Grado continuar su formación de Máster sin interrupción, es también una necesidad para fomentar las competencias requeridas a los titulados con Máster habilitante como el mercado laboral está demandando. Esto permitirá asegurar la máxima excelencia académica y la garantía de calidad profesional que, históricamente, ha venido siendo la seña de identidad de los Ingenieros españoles.
Carlos del Álamo Jiménez.
Presidente del Instituto de la Ingeniería de España