La industria manufacturera representa un 12,3% del Valor Añadido Bruto de la economía española. Este porcentaje resulta inferior al de los países de nuestro entorno, lo que supone un elemento de vulnerabilidad dada la mayor resiliencia mostrada ante la crisis financiera y la actual crisis sanitaria. Este sector, además, mantiene una mayor productividad que otros sectores, atribuyéndose a la industria un 83% de la exportación total española. La Industria en España ostenta los mayores ratios de estabilidad en el empleo y mayores salarios que en el resto de los sectores económicos.

En este terreno, España dispone de un importante tejido productivo en algunos sectores tractores que serán clave para abordar la transición ecológica y la transformación digital de la economía. Para fomentarlo, se impulsará mediante este Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, enfocado a estos sectores industriales. Entre los sectores que cabe destacar, encontramos la automoción y su transición hacia el vehículo eléctrico, el sector agroalimentario, el de la salud y el sector aeronáutico o el naval.

Con esta perspectiva, la nueva Política Industrial España 2030 desarrolla inversiones y reformas para lograr los siguientes grandes objetivos:

  1. Plan de digitalización: Sectores estratégicos y digitalización de la industria.

España debe aprovechar la oportunidad de la digitalización disruptiva basada en el uso intensivo del dato en todos los sectores productivos, acelerando los procesos de adopción e innovación en toda la cadena de valor a través de grandes proyectos tractores. El impulso de la digitalización a través de proyectos tractores en ámbitos clave de actividad responde a dos objetivos específicos:

  • Liderar el cambio disruptivo de manera inclusiva y sostenible: España debe impulsar grandes proyectos disruptivos que generen cambios profundos, fomenten nuevos modelos de negocio y el intercambio de conocimientos. Estos proyectos deben permitir transitar hacia modelos sostenibles que incrementen el potencial económico, tecnológico y de empleo en el país, especialmente en sus principales sectores de actividad.
  • Maximizar el impacto transformador de la actividad económica, el impulso de la productividad y el empleo, al focalizar los esfuerzos de digitalización en sectores económicos clave: Definir y desarrollar proyectos tractores en los ámbitos y sectores económicos clave que se identifiquen con mayor potencial, con el objetivo de generar cambios estructurales, sostenibles, y de progreso, y lograr ventajas competitivas aprovechando las oportunidades que ofrece la transformación tecnológica.

 

  1. Modernización y sostenibilidad de la industria e impulso de las industrias tractoras “verdes” y digitalizadas.

Impulsar la modernización y la productividad de los ecosistemas nacionales formados por la industria y sus servicios asociados, mediante la digitalización de la cadena de valor, el impulso de la productividad, la competitividad y la mejora de la eficiencia energética de los sectores estratégicos claves en la doble transición, la generación de empleo y riqueza, la cohesión social y territorial y la mejora de la resiliencia de la economía, con el incremento de la autonomía estratégica que de ello se deriva.

Se trata, por un lado, de apoyar y reforzar en su transición a la industria española ya posicionada en sectores como la automoción, las energías renovables o los productos químicos. Por otro, de contribuir a reorientar y alinear la creación de empresas en nuevas cadenas de valor, nuevos productos y nuevos mercados asociados a los retos globales de la sostenibilidad y la transición energética o de la necesaria autonomía estratégica en determinadas áreas como los equipos de protección y sanitarios las cuales ofrecen importantes oportunidades de generación de empleo y negocio, y de desarrollo de cadenas de valor en el territorio, siguiendo el modelo de los ecosistemas industriales definido por la propia Comisión Europea.

 

  1. Implementación de la Estrategia Española de Economía Circular y la normativa de residuos.

El objetivo es facilitar el despliegue de la economía circular en España, acompañado de una reforma de la normativa sobre gestión de residuos que permita alcanzar los objetivos establecidos por la Unión Europea en esta materia. Para ello, se está emprendiendo una serie de reformas, como la aprobación y desarrollo de la EEEC y la adopción de un paquete normativo en materia de residuos. La inversión que se incluye en este ámbito debe contribuir a materializar inversiones necesarias para la implementación tanto de la EEEC como de la normativa de residuos, financiando proyectos de recogida separada de residuos, infraestructuras para su gestión, medidas de digitalización y actuaciones de introducción de la circularidad en la empresa.

Asimismo, los principios de la economía circular están integrados a lo largo todo el Plan de recuperación, transformación y resiliencia español, tanto en componentes de carácter transversal, como en componentes más sectoriales, pudiendo destacarse la integración en las reformas e inversiones previstas.

Estas reformas pretenden sentar las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, en la que se reduzcan al mínimo la generación de residuos y se aprovechen con el mayor alcance posible los que no se pueden evitar. Los objetivos de la EEEC para el año 2030 incluyen:

  • La reducción en un 30% del consumo nacional de materiales en relación con el PIB.
  • La reducción de la generación de residuos un 15% respecto de 2010.
  • La reducción de la generación residuos de alimentos en toda cadena alimentaria.
  • El incremento de la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.

Fuente FEDA