La reforma del trabajo autónomo en teoría tendría que permitir que los trabajadores por cuenta propia puedan deducirse del IRPF hasta 26,67 euros diarios por dietas de manutención los días laborables cuando estén en viajes de trabajo


Si aprobar una ley con medidas que no se pueden cumplir es un fraude, la reforma legal para apoyar el trabajo autónomo «es un fraude fiscal en toda regla». Así lo denuncia Eduardo Abad, secretario general de la Unión Profesional de Trabajadores Autónomos (UPTA), tras constatar a través de los profesionales de este amplio colectivo (3,2 millones en España, más de 216.000 en Galicia), que las ayudas estrella de la ley, en vigor desde el 1 de enero, como la deducción de gastos de manutención y de consumos, son imposibles de aplicar.

«Los autónomos se sienten estafados, engañados y saboteados», afirmó ayer Abad, cuya organización trabaja ya a nivel político y parlamentario «para meter las enmiendas correspondientes en la ley y para que se inicie un trámite de modificación lo antes posible».

La reforma del trabajo autónomo, que salió adelante a final del 2017 con el apoyo de PP, PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos, PNV, ERC, el PDECat y Compromís, en teoría tendría que permitir que los trabajadores por cuenta propia puedan deducirse del IRPF hasta 26,67 euros diarios por dietas de manutención los días laborables cuando estén en viajes de trabajo. En el caso de que el autoempleado tenga que ir fuera de España, la deducción ascenderá a 48,08. Y estas cantidades se duplicarán cuando el profesional tenga que dormir fuera de casa por motivos laborales. La factura deducible abarca toda la manutención diaria (desayuno, comida y cena). Pero solo podrá abonarse por medios electrónicos.

Eso es lo que tendría que estar ocurriendo, pero en realidad los trabajadores se están encontrando con un muro de inseguridad jurídica. «Es prácticamente imposible que dentro de dos años un trabajador autónomo pueda tener el diario de ruta que ha llevado para demostrarle a Hacienda ante una inspección que este gasto se hizo en aras del desempeño de su actividad», denuncia Abad.

Lo mismo ocurre con la deducción de consumos para los autoempleados que utilizan su vivienda particular como lugar de trabajo. La nueva ley establece una regla objetiva para deducir en el IRPF los suministros como luz, gas, agua o Internet. Pero, en la práctica, solo considera deducible «el resultado de aplicar el 30 % a la proporción existente entre los metros cuadrados de la vivienda destinados a la actividad respecto a su superficie total», salvo que pruebe otro porcentaje. Y eso es algo muy complejo de demostrar.

Fuente: La voz de Galicia