En los últimos 23 años España ha visto como crecía el número de municipios de menos de 101 habitantes en un 60%. La fuerte emigración, la población muy envejecida, sus altas tasas de mortalidad, la desaparición de servicios básicos, peores comunicaciones, el hecho de padecer de zonas agrarias poco rentables, etc., empujan al abandono hacia las ciudades.

POR JAIME LAMO DE ESPINOSA, DIRECTOR DE VIDA RURAL.


4 de febrero de 2019

Querido lector:

Transcurridas las vacaciones navideñas volvemos a la cotidianeidad y las noticias que nos aporta el nuevo año 2019. Año que viene agitado por razones políticas –Andalucía, posibles elecciones generales, elecciones europeas, autonómicas y municipales, Brexit, etc.– y por razones económicas –tendencia a un menor crecimiento del PIB, nuevos presupuestos para 2019 recibidos de modo diferente según las partes afectadas, etc.– y una preocupación mayor para los que seguimos el mundo agrario y rural como es el mayor decrecimiento de la población en pueblos y aldeas pequeñas de España, la despoblación de nuestros núcleos rurales, eso que hemos dado en llamar “la España vacía”. Este es un tema preocupante y por ello viene a estas páginas –no por vez primera– con singular crudeza que avalan nuevos datos y aportaciones.

El catedrático Francisco Burillo y la investigadora Pilar Burillo, ambos dependientes de la Universidad de Zaragoza, y responsable el primero de la Asociación Instituto para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica, vienen advirtiéndonos desde hace ya tiempo del problema de lo que ellos denominan “la España abandonada”, un problema al que he dedicado algunas Cartas en esta revista desde hace años. Pero los datos, las cifras, que nos aportan ahora son muy preocupantes.

La profesora Burillo acaba de hacer un primer cálculo demográfico de la Serranía Celtibérica con los últimos datos del INE, y los resultados son desoladores: hemos descendido a una densidad de 7,02 hab/km2. Es decir, estamos por debajo de los 8 hab/km2 en dicha Serranía que, con razón, es llamada ya la Laponia del Sur. De los 1.311 municipios de la Serranía Celtibérica, 676 tienen menos de 101 habitantes, lo que supone el 49,7% de los de toda España. Pero solo ocupan el 13% del territorio español. Y lo más grave es que dicha Serranía solo tiene 4 municipios por encima de 10.000 habitantes (Cuenca, Soria, Teruel y Calatayud), mientras que en el resto de España hay 752. Pilar Burillo afirma que “la muerte por despoblación es silenciosa”. Y así está siendo.

La gravedad de este tema es creciente. Hay ya agencias inmobiliarias que consagran su actividad a vender municipios o aldeas o parroquias vacías, especialmente en Galicia. Y es un fenómeno creciente, aquí y fuera, en toda Europa, pues la población joven tiende a abandonar tales municipios y emigrar a las grandes ciudades en España o en el extranjero.

En los últimos 23 años España ha visto, pues, como crecía el número de municipios de menos de 101 habitantes en un 60%. La fuerte emigración, la población muy envejecida de tales municipios, sus altas tasas de mortalidad, la desaparición de servicios básicos –banca, panaderías, servicios de salud–, peores comunicaciones, el hecho de padecer de zonas agrarias poco rentables, a veces muy diseminadas y con orografías nada aptas para la mecanización de los cultivos, el abandono de la caza en ciertas poblaciones donde antes eran fuente de ingresos importantes, etc., empujan al abandono hacia las ciudades de entre 30.000 y 500.000 habitantes, cuyo número se mantiene casi constante. Eso está haciendo que nazcan, que se creen, nuevas tipologías territoriales camino de la desertización demográfica de una buena parte de España.

No es de extrañar por tanto que universidades –ésta en concreto– Ministerios y partidos políticos se estén volcando sobre el tema y tratando de encontrar soluciones buscando incluso entre los instrumentos que brinda la UE a través del Tratado de Lisboa o Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Por eso es de elogiar que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se haya reunido a comienzos de mes con la comisionada para el Reto Demográfico, Isaura Leal, con quien ha abordado los avances en el proceso de elaboración de una Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, en la que colaboran todos los Ministerios en sus ámbitos de competencia, para afrontar los desafíos demográficos, siendo el principal de ellos el despoblamiento territorial.

En este encuentro, el ministro planteó la contribución del Departamento en la realización de la Estrategia Nacional, en lo relativo a los procesos de despoblación del medio rural. Entre las medidas previstas, Planas destacó el apoyo al mantenimiento de jóvenes y mujeres en el medio rural, con medidas que mejoren las condiciones de vida y el empleo, así como el apoyo al empoderamiento de la mujer en el medio rural, incorporando la perspectiva de género en las negociaciones de la PAC post 2020 y la revisión de la Ley de Titularidad Compartida.

También resaltó el ministro la promoción de inversiones y mejores condiciones de vida en el medio rural a través del Programa de Desarrollo Rural Nacional cofinanciado con el Feader y el fomento de la digitalización del sector primario. Otra colaboración del Ministerio ha sido la creación de un Foro nacional contra el despoblamiento del medio rural, como punto de encuentro entre los actores implicados para el estudio y toma de decisiones, cuya primera reunión tuvo lugar el pasado mes de octubre.

Finalmente, otro factor positivo en esta lucha contra el despoblamiento rural nos viene de Bruselas y se basa en la enmienda presentada en diciembre al Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre los criterios de reparto de los fondos europeos para el periodo 2021-27, por los eurodiputados Ramón Luis Valcárcel Siso, Francisco José Millán Mon, Agustín Díaz de Mera García Consuegra, Verónica Lope Fontagné, Pilar Ayuso, Luis de Grandes Pascual, Esteban González Pons y Esther Herranz García.

Esa enmienda dice que en “Áreas frente a retos demográficos”, en programas operativos que sean cofinanciados por el ERDF y cubran áreas que enfrentan graves o permanentes retos naturales o demográficos tales como a los que se refiere el artículo 174 del TFEU, se debe expresar especial atención para abordar los retos que enfrentan esas áreas.

En particular, las áreas de nivel NUT3 o agrupación de unidades administrativas locales (LAUs) con una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por km2 para las áreas escasamente pobladas y menos de 8 habitantes por km2 para las áreas muy escasamente pobladas, o con un promedio del descenso de la población de más del 1% entre 2007 y 2017 deberán de ser sujetos de planes específicos regionales o nacionales para aumentar su atractivo, incrementar la inversión empresarial y aumentar el acceso digital y de los servicios públicos, incluyendo un fondo en acuerdos de cooperación.

La importancia de esta enmienda es que, por primera vez, se establece como criterio para aplicar el artículo 174 del TFU (Tratado de Lisboa) la “agrupación de unidades administrativas locales (LAUs) con una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por km2 para las áreas escasamente pobladas y menos de 8 habitantes por km2 para las áreas muy escasamente pobladas”. Las alegaciones serán discutidas en febrero de 2019. De aprobarse, que es lo más probable, contaríamos con un instrumento para que se reconozcan las inter-regiones y puedan ser tenidas por Eurostat en igualdad de información que las “Áreas urbanas funcionales”, lo que permitirá tener criterios objetivos para ser evaluados en la recepción de los fondos comunitarios para el periodo 2021-27.

El pasado 10 de enero hubo un encuentro en Teruel, con diputados del PP de Teruel y Valencia, junto al Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, representados por la investigadora Pilar Burillo y el profesor Francisco Burillo, donde se tomó el acuerdo de que el Grupo Popular presentará en las Cortes de España, comunidades autónomas, diputaciones provinciales y ayuntamientos, una Proposición no de Ley sobre “Las Áreas Rurales Desfavorecidas o SESPAs de España” que recogerá los argumentos para que se aplique a las 10 SESPAs, identificadas en España, la política de cohesión 2021-27.

Esto es, en lo económico y fiscal, el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la UE, tal como ya se viene aplicando a otras regiones desfavorecidas, caso de las insulares ultraperiféricas, como las Islas Canarias. Además, la proposición planteará que se aplique, con cargo al programa 2014-20, la proposición del año 2015 de las Cortes sobre la Serranía Celtibérica, que junto con la Franja con Portugal son las dos SESPAs españolas con densidades inferiores a 8 hab/km2.

Como se ve hay un movimiento altamente sensibilizado con este problema que no es menor, que atañe hoy a una parte muy sustantiva del territorio, a varias decenas de provincias, sea en la zona celtibérica o en la franja con Portugal, y que requiere de soluciones. Es cierto que no solo está ocurriendo en España. La preocupación en Francia por este mismo fenómeno de abandono poblacional es pareja a la española. Por ello habrá que animar a las autoridades nacionales, autonómicas, provinciales y locales a que colaboren en la lucha contra esta despoblación, la frenen e inviertan, si es posible, esta tendencia.

Un cordial saludo

Fuente: Agronegocios