El 13 y 14 de junio se celebró el Encuentro Internacional Phytoma Desafíos de la Sanidad Vegetal ante el Futuro: Marco Legal Europeo y Cambio Climático, que congregó en Valencia a una treintena de expertos nacionales e internacionales para abordar dos de los aspectos que marcarán el futuro de la agricultura y la sanidad de los cultivos: el marco legal que regirá la sanidad vegetal y las consecuencias del cambio climático en la sanidad vegetal en su conjunto. Al simposio asistieron más de doscientos profesionales de la sanidad vegetal, de España pero también procedentes de Bélgica, Chile, México y Portugal.

Aunque los científicos reconocieron que resulta complejo predecir el desarrollo de plagas y enfermedades por las muchas variables que intervienen, las distintas intervenciones evidenciaron que el aumento de la temperatura en aproximadamente 2ºC de media, el rápido aumento en la concentración de CO2, el aumento de la sequía y los episodios de clima extremo ya están influyendo en la incidencia y severidad de las enfermedades de los cultivos, contribuyendo al aumento de la población de insectos vectores y la expansión de las plagas agrícolas y produciendo un desplazamiento geográfico de las malas hierbas y la invasión de nuevas especies.

Los ponentes coincidieron en que el cambio climático obligará a redefinir las estrategias de control de enfermedades y plagas, ya que las herramientas disponibles ahora no van a servir en un entorno climático cambiante. Una consecuencia importante del cambio climático es el efecto que podría tener sobre la eficacia del control biológico, ya que las condiciones para la colonización, antagonismo y otros fenómenos de competencia del agente de biocontrol sobre el patógeno podrían ser desfavorables. También pronosticaron que los patógenos endófitos, como fitoplasmas, Candidatus Liberibacter o Xylella fastidiosa, para los que los tratamientos convencionales no son efectivos, provocarán las epidemias más graves en el futuro.
Ante este panorama, agravado por la globalización, que ha disparado el comercio de plantas y semillas y con él la expansión de enfermedades vegetales, los expertos señalaron la importancia de potenciar las medidas preventivas, de controlar los movimientos de material vegetal, implantar planes de erradicación efectivas y, sobre todo, desarrollar programas de investigación.

De cara a las futuras estrategias de control, algunos ponentes apuntaron al protagonismo creciente que deben adquirir el control microbiano y macrobiano para el control de plagas. La selección genética de razas de depredadores y otros enemigos naturales, para conseguir individuos más resistentes a los cambios de temperaturas, también se apuntó como solución para un control biológico más efectivo.

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Fuente: Phytoma